No, no lo cambiaría por nada del mundo.
Y sí, parece que necesitas de nuevo vacaciones.
Y es que es curioso, pero a veces las pequeñas vacaciones en nuestro lugar de origen, nuestra tierra -en mi caso, España y, especialmente éstas de Navidad-, son un “no parar”. Pocos días y repletos, cada uno de ellos, de comidas, visitas, cenas y encuentros. Un café, más visitas, otro quedar para vernos…
Cada uno de ellos son momentos entrañables. Y cuento los días para que suceda, para que lleguen esos momentos. Momentos, mucho cariño, risas y recuerdos. Y gente – mucha gente, gracias a Dios – que quieres, que anhelas, que deseas ver. Y ellos también a ti.
Y…, termino agotado. Después de dos semanas intensas, de ritmo intenso, empiezo a notar el cansancio. Esa sensación de necesitar las vacaciones de las vacaciones, jajaja. ¿Te ha pasado?
Y es en ese momento, cuando el cansancio me susurra que detenga mi ritmo social, que aparte el bullicio, y me quede en mi casa con tiempo solo para mi, cuando recuerdo ese vídeo que he compartido en alguna conferencia, y que nos habla del tiempo que nos queda con los que más queremos. Un tiempo limitado, claro, y la mayor parte de las veces, más breve de lo que desearíamos.
Siempre que lo veo me emociona. Y siempre me cuestiona. ¿De veras las personas, los que más amamos, son nuestra prioridad? ¿No estamos, quizá, a veces, dedicando demasiado tiempo a cosas o temas superficiales, exceso de redes o pantallas, momentos vanos o espacios vacíos? Es una reflexión que me encanta proponer en mis charlas y conferencias. Y es que estoy convencido de que forma parte de ese #liderazgohumano sobre el que todos necesitamos reflexionar. Tal vez más, a comienzo de un nuevo año.
Bienllegados todos a este nuevo año y ojalá que nuestras prioridades las tengamos siempre muy claras.
👉 ¡Muchas veces no es el qué, es el quién! ❤️
Feliz año nuevo, familia, y mucho, mucho cariño! 🫶